Meditación: Siento, luego existo!
- Vilma Rocha Côrtes
- 22 de set. de 2017
- 3 min de leitura

"Con la resonancia magnética y la tomografía, percibimos que la meditación cambia el funcionamiento de algunas áreas del cerebro, y eso influye en el equilibrio del organismo como un todo", dice el psicólogo Michael Posner, de la Universidad de Oregon.
La meditación no se limita a una sola técnica: son varias, diferenciándose en la duración y en el método (en silencio, cantando mantras, etc). Estas variaciones, sin embargo, no influyen en el resultado final, pues el efecto producido en el cerebro es parecido. En la práctica, aumenta la actividad del córtex cingulado anterior (área relacionada con la atención y la concentración), de la corteza prefrontal (vinculada a la coordinación motora) y el hipocampo (que almacena la
memoria). También estimula la amígdala, que regula las emociones y, cuando se acciona, acelera el funcionamiento del hipotálamo, responsable de la sensación de relajación.
Al contrario de lo que muchas personas creen, que meditar es no pensar en nada (y eso sería muerte encefálica), la meditación ayuda a activar la mente. Es como si una vela fuese encendida dentro de una cueva. Literalmente una luz en la conciencia.
Muchas personas empiezan a meditar y luego desisten por no entender, por no tener paciencia, o incluso por no saber como se practica. Meditar es sentarse sin hacer nada. No luchar, no usar
el cuerpo ni la mente. Es estar completamente relajado en uno estado de alerta. De presencia. En este estado de alerta elegimos solamente los pensamentos de paz, amor y pureza que irán fertilizar el suelo de nuestra conciencia.
Podemos comparar la mente, que no cesa de hablar ni cuando estamos durmiendo, a un coche desgobernado, que sin un conductor no tiene dirección. Cuando pasamos a apreciar la meditación nos volvemos más alertas de nuestros pensamientos, vamos a aprender a
percibir la energía que fluye de la calidad de nuestros pensamientos, así, nos convertimos en el conductor de nuestra mente que se va convertiendose cada vez más positiva y nuestra vida se vuelve más llena de alegría, con mayor claridad, sabiduría y creatividad. Poco a poco vamos aprendendo a traer esta maravillosa experiencia para nuestro dia a dia.
Para meditar, usted no necesita sentarse en el suelo, no es necesario torturarse tratando de estar en posición de loto. Puede preferir sentarse en una silla, con los pies paralelos en el suelo con la columna alineada. Pero si es cómodo para usted, puede sentarse en el suelo, sobre un cojín, de piernas cruzadas. Si lo necesita, puede apoyar la espalda en una pared, manteniendo la columna bien alargada, y sentándose sobre los ísquios, los huesos del cadera.
El primer paso para meditar, es parar su cuerpo, dejarlo quieto y silencioso. Mantenga una actitud relajada, sin tensiones, sin expectativas. Con la práctica la mente se va calmando por ella misma. Sólo quédate sentado, relajado, en un lugar silencioso. Siente el va y viene de la respiración. Se percibe la temperatura del aire en la inspiración y en la expiración.
El secreto de la meditación está en convertirse en un observador. Observa tus pensamientos como quién observa las aguas fluyendo en un río. Con la práctica aprendemos a acalmar la mente. El "Pienso luego existo, se trasforma en Siento, luego existo".
Solo se aprende a meditar, meditando. Al aprender a observar la mente, usted tendrá más
entusiasmo de vivir, más paciencia y aprenderá a vivir el momento presente.
No hay motivo para sufrir con ansiedades. La ansiedad es el exceso de futuro. "Si hay solución, ¿por qué preocuparse? Si no existe solución, ¿por qué preocuparse?"
Recuerde: "El pasado yá se fue, el futuro aún no ha nacido. Todo lo que tenemos es el momento presente!"
Si deseas participar de una clase gratuita, por favor, póngase en contacto.
Muchas gracias!
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